manchadus

lunes, noviembre 13, 2006

Todo termina igual


Mi primera entrevista se la hice a Guido Guirardi. En verdad fue la segunda, porque la primera en rigor se la hice a Raimundo Tupper una semana antes de que se tirará del edificio. Así que como no la publiqué, considero la de Girardi la primera.
Un tipo serio, joven, audaz, un doctor que parecía querer cambiar el mundo, derrocar a los viejos vinagres e imponer un estilo nuevo de hacer política, de luchar por la democracía para que nunca más en Chile unos pocos se aprovecharan de la mayoría. Me la vendió entera. Yo cual jovato escribí maravillas de este "caudillo". Casi me incribí en el partido para poder luchar por las causas justas a su lado.
Hoy, 14 años después, descorazonado absolutamente con el plan de Concertación para ayudar a la gente a romper con la desigualdad (un plan simple: no se preocupe por trabajar tanto, nosotros le damos, si no le alcanza, puede quitarle al que tiene más) veo como el más cercano referente del "nuevo chile" es parte del hampa política de la izquierda chilena.
¿Encubrir dineros brujos con facturas falsas justifica el estar en el poder para luchar por la desigualdad?. Puede que sea un crimen menor al lado de las violaciones de los derechos humanos o de los millones de dólares que se robó el pirata Pin8, pero es un tema de calidad moral que francamente creo que deben tener los honorables señores parlamentarios: Ser responsables y respetuosos de las leyes, las mismas que ellos hacen para el resto de los chilenos.
Da un poco de asco y rabia saber que al largo plazo la verdad es una sola y todo termina igual en política: el poder te corrompe y haces cualquier cosa para conservarlo.

Ese mismo verano entrevisté a Gustavo Ceratí cuando lanzó el "Amor Amarrillo". Gracias a Dios, a él si le sigo comprando sus discos.