El primero de muchos buenos años

Cuando quedan 48 horas para que el 2005 se vaya al carajo, miro los últimos 363 días y puedo decir orgulloso que éste ha sido sin duda el mejor año de mi vida. Por primera vez puedo decir con toda razón que soy un hombre completamente feliz, sin problemas, ni angustias, ni dramas existenciales, sin lagunas emocionales ni temas pendientes. No me hice millonario ni esperaba serlo, pero si pude ser solidario y sentir que aunque sea anónimamente, soy un buen elemento para este país.

Son varios hitos que este año los que puedo destacar: A principios de año me casé con la mujer que amo y que me da las ganas para vivir cada día a todo dar. De hecho, me gusta estar en casa sin hacer nada sólo abrazado con ella, porque ese es el momento donde encuentro la tranquilidad y paz que nunca jamás con nadie había sentido.

También conocí México y es increible y absolutamente recomendable. Este año nevó como en el día después de mañana y lo pasé la raja en mis escapadas metafisicas a la montaña. Absolutamente destacable es que nos compramos nuestra casa que está quedando más linda que gol de Ronaldinho. Laboralemente Elemento se ha consolidado como una propuestra creativa y en movimiento, pero por sobre todo, lo que más me hace feliz es que el año termina con la linda suerte de estar esperando nuestro primer hijo.

Ahora la meta es que el 2006 sea tan bueno o mejor que el que se va y que este nuevo integrante de la familia nos traiga muchas más felicidades.

Sin duda es fue un gran año, y aunque he hecho todo de mi parte para que asi resultase, creo que nada de esto habría valido la pena si no existiera el amor que siento por esa persona que está en la foto a mi lado.

Feliz año 2006 para todos y que los que no tienen felicidad, la puedan construir.